Apacible pueblo cordillerano

Sus casas son sencillas, el tránsito es sereno y los vecinos se conocen entre sí; eso da la pauta del tipo de vida que se desarrolla en el pueblo.

La localidad de Aluminé se encuentra enclavada en un área natural de gran belleza, rodeada de ríos y lagos de aguas cristalinas, por lo que es visitada por el turismo todo el año.

Es una población típica del interior neuquino, de trazado irregular, con calles despejadas y plazas arboladas. Solo la zona céntrica está asfaltada y las demás arterias son de tierra, con algunas muy empinadas que vencen la montaña.

Su principal atractivo es el río Aluminé, ubicado a pocos pasos del centro. Con su color verde esmeralda y costas zigzagueantes, ofrece un hermoso balneario municipal y, cruzando el río, un camping organizado. Sus orillas son un refugio fresco en los días cálidos de verano.

La plaza San Martín marca el centro cívico del pueblo, ya que en torno a ella se encuentran la Municipalidad, el Juzgado de Paz, la Comisaría, el Concejo Deliberante. También se halla la terminal de ómnibus y la emisora de radio comunitaria.

  • Ríos y lagos de aguas cristalinas

    Ríos y lagos de aguas cristalinas

  • Hotel de La Aldea

    Hotel de La Aldea

  • Calles despejadas y plazas arboladas

    Calles despejadas y plazas arboladas

  • El río desde el hotel

    El río desde el hotel

  • Una población típica del interior neuquino

    Una población típica del interior neuquino

  • Municipalidad

    Municipalidad

  • Secretaría de Turismo

    Secretaría de Turismo

Tomamos la calle Cristian Joubert hasta la avenida Cuatro de Caballería para dirigirnos a la iglesia María Auxiliadora. Fue construida durante la década de 1940, con planta en cruz latina y revestida con piedra laja de la zona. En su frente luce un pórtico de líneas sencillas y, a su izquierda, una torre con un crucifijo y campanario.

Regresamos a la calle Joubert para conocer la Biblioteca Popular Juan Benigar, centro aglutinador de la educación y cultura de la localidad. Además de sus salas de lectura, se realizan allí encuentros educacionales y sociales. Su nombre homenajea al estudioso croata que, desde su llegada a la Argentina, fue figura clave por reivindicar el diálogo entre aborígenes y blancos.

Sobre la diagonal Olascoaga visitamos la Casa de la Cultura, donde tuvimos ocasión de recorrer una muestra de artesanías de tejido, madera y arcilla ofrecida por gente de la localidad. Hicimos un alto en una plazoleta conocida como Las Piedritas, lugar de recreación de los más jóvenes.

Nos alejamos del centro y trepamos una cuesta hasta el Rahuecito, en alusión a la conocida subida del Rahue. Desde ese punto panorámico tuvimos una vista espectacular del río y de los cordones montañosos que rodean al pueblo. Varios miradores ofrecen puntos de interés similares, entre los que se destacan los del cerro Tindiririca y otro situado a 4 kilómetros del puente, sobre el río.

En Aluminé las comunidades mapuches lucharon contra la aridez del paisaje, el clima riguroso, la soledad y las distancias interminables. Posteriormente, con la incorporación de los grupos criollos y las familias llegadas en los últimos años, se conformó un espacio intercultural rico en matices, que se preocupa por preservar las tradiciones.

Aluminé ofrece un ambiente aún virgen y la posibilidad de sentir las raíces de su gente en cada vecino, en cada negocio y en el espíritu de sus fiestas populares.

Autor Mónica Pons Fotografo Jorge González

Contacto de la excursión o paseo


Secretaría de Turismo Cultura y Deporte

C. Joubert 321, Aluminé, Neuquén, Agentina

Teléfono Teléfono: +54 2942-496001

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