El recorrido hasta la Cascada de los Alerces pasa por frondosos paisajes y lagos cordilleranos que forman parte del área sur del Parque Nacional Nahuel Huapi.
El Parque Nacional Nahuel Huapi posee innumerables rincones naturales que muestran la belleza del paisaje cordillerano. La Cascada de los Alerces. es uno de estos lugares, se disfruta desde el recorrido hasta el mismo salto de agua.
Antes de cruzar el puente que pasa sobre el río Manso, en dirección al cerro Tronador, se toma el camino de la izquierda que realiza un pintoresco recorrido hasta llegar a la Cascada de los Alerces.
Siempre con la vista del cerro y sus nieves eternas, el camino enripiado atraviesa densos bosques de cipreses y coihues, característicos de la zona, y sorprende con hermosas vistas panorámicas que se asoman luego de las pendientes y las curvas.
Desde lo alto se admira el verde azulado del lago Las Moscas y sus solitarias playas rodeadas de verdes montañas.
La ruta, demasiado angosta para detenerse a sacar fotos, sigue acompañada por el río que avanza a la derecha. Poco a poco, el Manso se vuelva más agitado y forma los rápidos que se pueden observar desde varios senderos que llegan a la costa.
Un nuevo cruce del río permite divisar la margen sur del lago Hess, un pequeño espejo de agua de 1,5 kilómetros de largo por 700 metros de ancho máximo.
Esta área natural es tan agreste y tranquila que sirve de hábitat a varias especies de animales autóctonos y exóticos, como el jabalí.
Un desvío, 400 metros más adelante, lleva al lago Fonck que, con sus 4,5 kilómetros de largo, ofrece buenas oportunidades para la pesca y la navegación.
De vuelta al camino, y ahora con el río a la izquierda, restan 2 kilómetros en auto para llegar al punto de estacionamiento.
Unos pocos metros más y comienza un sendero bien demarcado que llega al primer salto importante del río Manso: la Cascada de los Alerces. Fiel a su nombre, esta hermosa cascada está rodeada de añosos alerces que protegen con su sombra el lugar.