Llegamos hasta lo más alto de la montaña, donde solo se muestra la presencia del cielo y una vista panorámica que abarca tierra argentina y chilena.
Cuando en el centro de esquí de Caviahue el invierno está en su plenitud y mucha gente disfruta de la buena nieve de sus pistas, existen actividades paralelas que parecen de otra galaxia.
En la base, notamos la presencia de un vehículo oruga acondicionado para llevar pasajeros cómodamente instalados en su interior. Este vehículo realiza una travesía por la pendiente del volcán Copahue, que permite vencer los 800 metros de altura entre la cota del complejo invernal y el cráter gracias a su sistema de tracción, de gran fuerza y resistencia.
Observamos con detenimiento ese vehículo compuesto por una unidad motora y otra de arrastre. Ambas cuentan con una doble oruga de caucho, a modo de cubiertas. Nos incorporamos al grupo que ya estaba ubicándose en sus asientos y partimos lentamente.
Tracketeando
Por un sendero de araucarias fuimos dejando atrás los edificios de la base y el conductor buscó los espacios adecuados. Cuando la subida era empinada, el motor rugía con fuerza. Al pasar por el Anfiteatro, el vehículo esquivó unas enormes piedras y se inclinó bastante hacia los costados. Sus características le permiten iniciar la marcha aún en pendiente y todo eso le dio emoción al periplo.
Un poco más arriba, el paisaje fue abriéndose y observamos los volcanes neuquinos Domuyo y Tromen. El viento levantaba la nieve y dibujaba círculos en el aire. En algunos puntos, el hielo del suelo se oponía a nuestro paso y con una maniobra admirable el guía salvaba la situación.
A pocos metros de la boca del volcán, dejamos el track para realizar a pie la última parte de la excursión. Desde ese punto vimos el lago Caviahue, los volcanes chilenos y el pueblo sepultado por la nieve: Copahue. En fila india, con bastones y sin desperdiciar aire, trepamos la fuerte subida mientras el vapor de la laguna termal nos hacía arder la garganta.
“Aquí la concentración de azufre es muy alta y tiene las mismas propiedades medicinales que ofrece en Copahue, donde se presenta aligerado para su utilización. No existe conexión interna entre esta laguna y las aguas que brotan en el centro termal”, excelente explicación por parte del guía.
También hizo referencia a la fisonomía del lugar con anterioridad a la erupción del 2002.“Antes, se podía descender hacia la laguna por vía de cuerdas y la gente se bañaba en sus aguas. Las cenizas taponaron ese ingreso.” Nos tomamos unos minutos para contemplar el glaciar interno y las paredes de basalto dentro de la chimenea del volcán, donde una laguna de espeso líquido verde emitía los olores sulfurosos.
Para emprender el regreso, una parte del grupo que había llevado consigo sus esquíes realizó una travesía hacia el centro invernal; luego de una primera y fuerte pendiente, efectuaron un slalom elegante. Los demás volvimos a instalarnos en el interior del camión para regresar tan fácil como habíamos subido.
Cuando este transporte fuerte y seguro no sale “de paseo”, se utiliza para realizar maniobras de rescate y de movimiento de personal hacia la estación sismológica instalada allí.
El paseo muestra la montaña en su plenitud y, para los que tienen buen nivel de esquí, permite realizar una bajada fuera de pista por nieve virgen que resulta inolvidable.