La vuelta a la laguna de Chascomús

Dicen que el camino está cada día más cuidado y que no sólo es recorrido por los automovilistas que están conociendo la ciudad, sino que cada vez son más los deportistas que en sus bicicletas o incluso caminando se le animan a la vuelta.

Dar la “vuelta” a la laguna es desde hace años un atractivo singular. “Aunque el camino es el mismo, siempre resulta distinto”, dicen los que saben y tal es así que día a día la fisonomía de esta hermosa ruta (hoy pavimentada en su totalidad) cambia constantemente.


Partir desde la costanera

Un clásico de clásicos es comenzar el recorrido desde la costanera o bien desde algunos de los clubes náuticos o de pesca que se encuentran al lado del casco histórico de la bella ciudad de Chascomús.

La mayoría opta por dar la vuelta en el sentido de las agujas del reloj. Lentamente comenzamos a dejar de lado la parte más poblada de la ciudad para empezar a recorrer una costanera con menos árboles y con carteles que van mostrando la presencia de nuevas cabañas y alojamientos que se ubican frente a la famosa laguna.

Un par de kilómetros más adelante, las señales de tránsito indican el acceso a la ruta 2 y la presencia del Intech (Instituto Tecnológico de Chascomús), una de las instituciones más prestigiosas de la provincia de Buenos Aires.

Más adelante, entre curva y contracurva, comienzan a aparecer algunos clubes de pesca y campings organizados por diversos sindicatos que tienen esos predios desde hace años, a los que sumaron bungalows y alquiler permanente de botes para aquellos afiliados que deciden instalarse allí.

Puente Girado es un lugar emblemático. Hoy, al igual que hace años, las aguas de este arroyo vierten su caudal a la laguna y cuando el régimen fluvial se encuentra crecido (las lluvias ayudan), el rincón se vuelve ideal para la pesca de costa.

En los últimos años, alrededor de la zona se creó uno de los primeros barrios privados que posee Chascomús y además de los vecinos, muchos han levantado casas de fin de semana para vivir más tranquilos.

El camping del Automóvil Club Argentino, junto a otros tantos, se ha instalado allí hace décadas. Esta institución era lo único que había del otro lado de la laguna cuando hasta allí apenas llegaba el asfalto.


Estancias top y barrios privados

Pero hoy la situación cambió para bien y la vuelta a la laguna se encuentra asfaltada en su totalidad, lo que permite llegar rápidamente y sin riesgos a la mayoría de las estancias que se ubican en sus alrededores.

Además de clubes de pesca y de sedes históricas, como por ejemplo la sede de la Asociación Argentina de Pesca, otros recreos se han instalado en los últimos años y tienen una gran cuota de asociados que visitan distintos pesqueros de las lagunas en cada temporada de pejerrey.

Pero la laguna no es solo pesca, ya que las actividades náuticas se multiplican al igual que lo hacen las guarderías: kayaks, canoas, lanchas, tablas y velas de windsurf y en el último tiempo el kite-surf se apoderan de la marejada para desplegar sus colores y velocidad.

Casi llegando al punto de partida, aparecen algunos puentes que cruzan arroyos y pequeños ríos que encadenan esta laguna con otras de la zona, de ahí el nombre de “Encadenadas”. Hasta que finalmente las construcciones y algunos muelles largos de hormigón nos depositan nuevamente en el parque Libres del Sur, donde cientos de jóvenes deambulan con sus motos y bicicletas hasta la noche.

Una vuelta imperdible que lleva su tiempo pero que permite una visión de la ciudad de Chascomús totalmente distinta, según el ángulo desde el que se la mire.