Chascomús es un destino campestre por naturaleza y muchas de sus estancias están pensadas para alojar turistas. Una forma distinta de disfrutar la vida de campo.
Conocer Chascomús alojándose o pasando el día en alguna de las tantas estancias que se encuentran en sus alrededores permite disfrutar de la calma y la filosofía de vida que se dan en esta bella pero campestre ciudad.
Hacerlo nos permite internarnos en el paisaje pampeano a través del aire renovador que se respira. Además de relajarse desde el preciso instante en que se llega, el visitante tiene la oportunidad de experimentar las rutinas del hombre de campo.
Aunque sea solo por un fin de semana, el “efecto campo” siempre es reparador. Mucho verde, buenas siestas, atardeceres para contemplar la famosa laguna de Chascomús.
Las estancias son el remedio infalible que cada vez es más necesario para interrumpir la rutina urbana de quienes habitan las grandes ciudades y se encuentran estresados por la velocidad con la que se vive.
Dentro de las típicas estancias aparece La Josefina, que se encuentra por la ruta provincial 20 camino hacia Magdalena, a unos 30 kilómetros de la ruta 2.
Desde su entrada, que culmina en una hermosa galería colonial, se respira el aroma de los eucaliptos. Construida en el año 1910, fue comprada en 1943 por la familia Behrendt.
La casa de techos rojos, que reemplazó la construcción anterior de mediados del siglo XIX, junto con los graneros, la huerta y la fiambrera devenida en un pequeño museo, forman el casco de la estancia, que posee más de 2.500 hectáreas. Para pasar un excelente día de campo, con parrillada incluida, o quedarse unos días.
Otra estancia inolvidable es Santa Gertrudis de Saráchaga. En el año 1878, la familia Casalins adquirió este campo del gobierno provincial de Buenos Aires y se convirtió en la primera colonizadora de la zona. En la actualidad, Darío Saráchaga Casalins, bisnieto del primer propietario, lleva adelante este emprendimiento familiar, que posee una superficie de 1.660 hectáreas. El casco de estilo colonial, con una amplia galería al frente, está resguardado por una añosa arboleda y desde 1968 la estancia posee una capilla en honor a Santa Gertrudis.
Escondida en un hermoso parque de tilos, robles, sauces y espinillos está La Horqueta, otra estancia típica de Chascomús que se ubica en el camino a la localidad de Ranchos por la ruta 20. El casco principal, que data del año 1928, es un chalet Tudor que brinda, junto a otra casa reciclada, todas las comodidades para descansar y distraerse.
Con el nombre de Laguna Vitel aparece otro de los grandes emprendimientos de la zona, ubicado a orillas de esta hermosa y cálida laguna, famosa por su pesca de tarariras y pejerreyes.
Este complejo de campo brinda clases de equitación, cabalgatas y otras actividades entretenidas para todas las edades. Su alojamiento es uno de los más bellos de toda la zona, con ambientes cálidos y acogedores, un hermoso hogar a leña y amplios ventanales para mirar el campo y la laguna. El lugar se torna inolvidable, a punto tal que los huéspedes suelen prolongar la estadía.
Lo mismo sucede en casi todas las estancias cercanas al casco histórico de la bella ciudad de Chascomús.