Roberto Sánchez nació el 19 de agosto de 1945 en Buenos Aires, sin sospechar que un día se convertiría en un ícono de la historia del cine y de la música argentina: Sandro.
Su pasión por la música nació desde niño. Como muchos adolescentes de la época, se sintió atraído por las actuaciones del cantante y actor estadounidense Elvis Presley. Su primera actuación, que lo marcaría por el resto de su vida, fue el 9 de julio de 1957, en el acto escolar por el Día de la Independencia argentina, cuando su maestra de sexto grado lo invitó a realizar su imitación de Elvis. Lleno de los aplausos del público asistente, fue cuando despertó su vocación por la actuación musical.
A los 13 años abandonó sus estudios secundarios y comenzó a trabajar para ayudar a sus padres, en sus tiempos libres se dedicó a la música. Sus primeros aprendizajes se los debe a su amigo guitarrista Enrique Irigoytía, con quien formó un dúo de voces y guitarras. A comienzo de los años sesenta, Roberto Sánchez adoptó el nombre artístico Sandro, el nombre que le habían querido poner sus padres pero las autoridades no permitieron.
Escultura de Sandro en el Teatro Gran Rex
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Roberto Sánchez
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Recordado en la calle Corrientes
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Un ícono de la Argentina
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El Elvis argentino
Con su banda Los del Fuego (inicialmente llamados “Los Caniches de Oklahoma”) comenzó a hacerse conocido. Empezaron haciendo los temas clásicos del rock anglosajón pero en versiones en castellano, de artistas como The Beatles, Elvis Presley, Rolling Stones, Paul Anka, entre otros.
A fines de la década del sesenta, Sandro cambió radicalmente su estilo: abandonó el rock por un repertorio más popular, la balada romántica. Le aportó poses y ritmos extraídos del rock, que lo hicieron provocativo y atractivo para los jóvenes de la época, especialmente para las mujeres.
Las fanáticas del Gitano, sus nenas, llegaron a ser tan importantes como él mismo. Sus presentaciones creaban un clima de desenfreno y sexualidad, era un clásico que arrojaran su ropa interior al escenario.
El 4 de enero de 2010 el Elvis argentino falleció en el Hospital Italiano de Mendoza. El 5 de enero desde la mañana se formaron filas para darle el último adiós al ídolo argentino en el Salón de los Pasos Perdidos, en el Congreso de la Nación Argentina. Más de 50 mil personas lo despidieron y más de 100 mil acompañaron su cortejo fúnebre.
El lunes 3 de diciembre de 2012 se inauguró un nuevo homenaje al Gitano. A 50 años de su primera actuación, el querido Roberto Sánchez fue recordado en la calle Corrientes ante tres mil personas que acompañaron el acto.
La escultura en tamaño natural fue hecha por el artista Fernando Pugliese, el mismo que hizo la escultura de Olmedo y Portales ubicada en la esquina de Uruguay y Corrientes. El artista estuvo presente en el acto de inauguración junto a la viuda del cantante, Olga Garaventa, con su hijo Pablo, el cantante Raúl Porchetto y las infaltables “nenas”. Sobre el escenario del Gran Rex se presentaron los músicos de Sandro y se proyectó un video recordando imágenes de sus recitales.
La escultura de Sandro permanecerá durante el día en la puerta del Teatro Gran Rex, sentado en un sofá, para que sus nenas vayan a saludarlo y darle un beso. Durante la noche, el Gitano dormirá en el interior del teatro, para evitar actos de vandalismo.
Es indiscutible que Sandro fue, es y será un ícono de la Argentina. Sus canciones recorrieron países, fueron interpretadas por músicos de todos los géneros y sus películas siguen cautivando.
Sandro es un personaje querido por todos los argentinos, no hay nadie que no sepa aunque sea un pedacito de una de sus canciones. Sentarse junto a él, abrazarlo y sacarse una foto es un sueño y un placer para muchos. Hoy posible.
Pablo Etchevers 
Pablo Etchevers
