Las respuestas pueden ser varias, pero en Concordia desde hace algunos años existe una especie de zoológico y granja educativa cuyo único requisito para los animales es contar con algunos años en su haber. Muchos años…
El Arca de Enrimir
El Arca de Enrimir es un proyecto de Lázaro Diego Zipitria, quien durante toda su vida formó parte de una de las familias de cirqueros más importantes de América Latina y que un día decidió quedarse en Concordia para asentar su vida. Pero no solo, junto a sus mascotas.
Su idea nació como sacada de un cuento, pero lentamente se va volviendo realidad. “¿A dónde van los animales del circo cuando se jubilan?” pensó durante una fría noche de invierno mientras calentaba sus manos frente a un fogón y la respuesta surgió en forma inmediata.
“Hay que armar un zoológico para animales jubilados, para que reciban de los niños y adultos parte del amor que dieron cuando trabajaban” pensó nuestro amigo.
Viejos son los trapos
Hoy, una elefante de 46 años se despereza mientras a lo lejos dos tigres de bengala caminan recordando alguna anécdota pasada o alguna pirueta hoy imposible.
Un viejo mono se pasea por la jaula haciendo morisquetas y buscando un poco de complicidad frente a un grupo de chicos que le arrojan alimento, mientras en la jaula de al lado un grupo de monos caí se propuso desde hace unas horas terminar completamente con un cargamento de naranjas que les dieron para comer.
En otra jaula, tres yaguaretés criados en cautiverio se desplazan felinamente como deberían hacerlo en las yungas o en la selva misionera. La idea futura de criarlos es, quizá, una remota posibilidad para pensar en devolver a estos felinos a la madre naturaleza; aunque tendríamos que ver si es posible. Los especialistas tienen la verdadera respuesta.
Al lado de estos, tres papagayos y cuatro viejos loros hablan las mismas cosas que hablaron siempre.
Reserva ecológica y granja educativa
Lo cierto es que todos los fines de semana del año cientos de niños con sus padres se acercan al lugar para aprender de la naturaleza observando que la vejez no deja de ser un atractivo a la hora de ver animales.
En Concordia existe un zoológico, a minutos de la ciudad, abierto a todas las edades. Los más chicos se acercan a disfrutar de las monerías y payasadas que todavía siguen haciendo los más grandes.