La Capri, una laguna mágica

Llegar hasta ella no demanda hacer un gran esfuerzo, sólo hay que calzarse adecuadamente, tomar los bastones de trekking y echarse a andar. La meta bien lo vale.

Es sin duda el mejor trekking para darnos cuenta de si nos encontramos en estado físico durante nuestra estadía en El Chaltén.

Al final del pueblo, un cartel indicador nos invita a comenzar el ascenso hasta la laguna de los Tres, que es en realidad el punto más cercano al que se puede llegar para escalar el famoso cerro Fitz Roy.

Desde el cartel indicador aparece también un letrero que indica el camino a la laguna Capri, la cual también da nombre al primer campamento donde es posible pernoctar mirando la mayoría de estos bellos cordones que enaltecen la zona.

Desde que se comienza a caminar, no son más de dos horas las que separan la laguna Capri de El Chaltén, pero el paisaje y el camino se tornan tan interesantes que tuvimos la sensación de que se trataba de un trekking mucho más largo.

  • Cuya orilla nos invitaba a sentarnos a descansar

    Cuya orilla nos invitaba a sentarnos a descansar

  • Empezar a caminar

    Empezar a caminar

  • A un costado del camping

    A un costado del camping

  • Uno de los circuitos más fáciles e ideales

    Uno de los circuitos más fáciles e ideales

El camino tiene un pequeño grado de dificultad durante la primera media hora de caminata, ya que hay que trepar bastante. Nos dimos cuenta de que íbamos ganando altura a medida que avanzábamos.

Así, pudimos observar no sólo la pequeñez de El Chaltén sino también todos los puntos cardinales que lo rodean. De un lado, montañas; del otro lado, un valle que oficia de entrada; y a su lado, el famoso y celeste río de las Vueltas que se encarga de serpentear hasta que se torna paralelo al pueblo.

Luego de andar un largo rato, el camino comenzó a hacerse más angosto y a introducirse verdaderamente dentro del bosque, donde pudimos apreciar todo tipo de especies, entre las que sobresalían las lengas.

Por momentos, los claros de vegetación permitían divisar distintas montañas y picos, como así también algunos pequeños arroyos y espejos de agua que llegamos a cruzar mediante pequeños puentes.

Caminando y caminando, algunos carteles indicadores avisaban que cada vez faltaba menos, algo que se ratificaba cada vez que nos cruzábamos con algún otro caminante que en sentido contrario nos hacía gestos de que nuestra llegada era inminente.

La presencia de un pájaro carpintero y su singular sonido logró desviarnos un momento del sendero y de nuestra disciplina para apreciar este digno regalo de la naturaleza. Éramos protagonistas de un momento casi mágico, y más cuando el ave se percató de nuestra presencia y siguió haciendo lo suyo, confiada en que esta vez la presencia del hombre no le generaría daño alguno.

Casi sin darnos cuenta, el camino entró en una espesura de árboles y ramas. Comenzamos a distinguir, de distintos colores, algunas carpas iglú que delataban la presencia de la buscada laguna.

Habíamos llegado a la famosa Capri, cuyas aguas son hermosas y cuya orilla nos invitaba a sentarnos a descansar. Al fondo, la silueta inigualable del famoso Fitz Roy nos tentaba a seguir viaje, pero no era nuestra idea.

A un costado del camping se encuentra un mirador natural de la laguna, ideal para detenernos a comer algunas de las viandas que nos prepararon en el hotel cuando avisamos el trekking que realizaríamos.

Ideal para organizar desde allí distintos circuitos de trekking, la laguna Capri es realmente un paraíso. Sus aguas calmas y azules y la decoración que aportan las vecinas montañas la hacen uno de los circuitos más fáciles e ideales para empezar a caminar por los distintos senderos de El Chaltén.

Autor Pablo Etchevers Fotografo Jorge González

Tipo de tourTipo de tour: Trekking
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