Para salir a comer en Las Gaviotas

La pequeña y coqueta comarca de Las Gaviotas es un paraíso por donde se la mire. A ello se le suman, contados con los dedos de la mano, algunos sitios donde comer es un placer. Palapa es uno de ellos.


Un lugar en el mundo

Existen sitios que vale la pena entrar y conocer, lugares donde es posible percibir las huellas de quienes han estado pensando en detalles para sorprender a quien llega por primera vez. Palapa es uno de estos sitios donde a cada metro que se recorre logra detectarse la presencia constante de sus dueños, que no quieren que nada quede librado al azar.

Su arquitectura, que combina el mar y la montaña, gana la vista de quienes se sorprenden por esta extraña casona donde el bolseado, el vidrio y la madera se combinan de modo espectacular, al igual que sus formas excéntricas. El blanco en el exterior y los colores tenues en el interior se encuentran armonizados de manera perfecta con fanales y velas de diversas formas y tamaños que, además de iluminar, invitan a recorrer cada espacio.


Especialidades gourmet

Tanto de noche como de día, el lugar recibe decenas de comensales que deambulan por la playa, por el bosque o bien por las pequeñas calles de esta también pequeña ciudad.

  • Palapa no desentona con lo que aparenta

    Palapa no desentona con lo que aparenta

  • Quesadillas

    Quesadillas

  • Vale la pena entrar y conocer

    Vale la pena entrar y conocer

  • Comer es un placer

    Comer es un placer

Quien así lo desee puede acercarse a alguno de los chef del lugar para hablar de comidas y recetas únicas, no solo para saber lo que cada comensal está comiendo, sino también para conocer los beneficios de cada elección.

Lenguado con escamas crocantes de papa y flan de calabaza, abadejo en papilote con salsa de ostras y cebollas baby glaseadas o la tradicional paella y cazuela de mariscos forman, junto a las rabas, los acertados frutos de mar que ha elegido el chef.

Las pastas caseras, el lomo envuelto en panceta con mil hojas de papas a la crema, los tagliatelle multicolores con tomates frescos y albahaca, y quesadillas con distintas salsas a elección del cliente completan un vasto repertorio en que el buen comer es lo más natural del mundo.

Los postres, al igual que los vinos, se llevan las palmas del comensal. Los preferidos: el Mozart de chocolate, una obra maestra de la casa, y los brownies con semifredo de pomelo y chocolate. Exquisitos.

Por todo esto se puede afirmar que Palapa no desentona con lo que aparenta. Un lugar donde la comida forma parte de un todo perfecto que los comensales vienen a buscar y saben que siempre encuentran.

Autor Pablo Etchevers Fotografo Pablo Etchevers

Organiza tu viaje con: interpatagonia.com | welcomeuruguay.com | welcomechile.com