Mesas gourmet en Mendoza

Los mendocinos siempre mostraron tendencia por la buena mesa y ahora se suma un público que sabe beber los buenos vinos y los acompaña con platos más elaborados y exquisitos.

Si de restaurantes y lugares donde se hace un culto del arte culinario se trata, la ciudad de Mendoza ofrece varios circuitos que tienen sus propias características. Es cierto también que los gustos personales son muy variados y ninguna opinión es exacta en materia de empanadas, carnes a la parrilla o pastas caseras.

En pleno centro de la ciudad, dos de los polos gastronómicos tradicionales son la avenida Sarmiento y la calle Belgrano. La zona está rodeada de hoteles y el turista se identifica con la gastronomía mendocina que se basa en comida casera, abundante, para comer tranquilo sin shows ni música fuerte.

Existe otro espacio muy frecuentado por el mendocino que conoce dónde se prepara el mejor lomito completo: es el Paseo La Alameda. Pizzerías, cervecerías, lugares al paso a los que el turismo quizá no llega. La Remedios de Escalada se hace peatonal y a la vez que se disfruta de alguna especialidad, se puede presenciar un buen espectáculo en plena calle. Es bohemio y se lo compara con la placita de San Telmo en la ciudad de Buenos Aires.

  • Tendencia por la buena mesa

    Tendencia por la buena mesa

  • Empanadas

    Empanadas

  • Comer tranquilo sin shows ni música fuerte

    Comer tranquilo sin shows ni música fuerte

  • Buenas propuestas gastronómicas

    Buenas propuestas gastronómicas

Pero quien se lleva todos los laureles es "la Arístides", como la llaman todos aunque Villanueva sea su apellido. Si bien tiene una onda joven y son ellos quien más la visitan los fines de semana y bien tarde en la noche, todos la conocen y saben donde ir para comer rico y hacer sobremesa. Paraphitecus se destaca sobre los demás por su arquitectura “disco”. Tiene un espacio para comer comida internacional con buena música y, a partir de la una de la madrugada, se puede bailar o simplemente terminar la noche con un buen trago.

En la Arístides, a instancia de unos amigos que ya conocían, cenamos en El Palenque, un pintoresco restaurante tipo pulpería, y nos instalamos en una mesa en la vereda. Platos con nombres camperos y una carta extendida para todos los gustos. Exquisitas sus empanadas y entraña, ambas al horno de barro; el postre también estuvo muy rico. El Patio de Jesús es un clásico a la hora de elegir carnes a la parrilla. Para esperar, un jamón casero, unas aceitunas verdes con aceite de oliva y berenjenas en escabeche. Más informales resultan los sandwiches de La Lucila o La Carmela, pero igual de apetitosos y abundantes.

Arístides es antes que nada elegante por la presentación de sus restó, sus mesas bien puestas y marquesinas iluminadas. Se puso de moda hace unos diez años y los primeros restaurantes se instalaron en viejas casonas de familia y aún hoy muchos funcionan en casas restauradas.

Quien se anime a elegir un lugar un poco más alejado, tiene la opción de llegar hasta Chacras de Coria, donde la gastronomía tiene muy buen nivel. Allí los más conocidos lugares están sobre las calles Viamonte y Mitre, y algunas bodegas abren sus puertas a los buenos comensales gourmet como la Clos de Chacras. En su coqueto comedor, los platos exquisitos se acompañan con degustaciones de sus vinos de alta gama.

Pero en la ciudad la lista sigue y puede quedar inconclusa. Hay que preguntar por un charquican o un buen locro y siempre habrá quien nos dé referencias para ir a disfrutarlos. Para bien de mendocinos y turistas, la incorporación de buenas propuestas gastronómicas es diaria y parece no acabar.

Autor Mónica Pons Fotografo Eduardo Epifanio

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