En dos ruedas recorrimos la localidad de Potrero de los Funes y sus alrededores. Entre cuestas y quebradas, apreciamos la belleza de las serranías sanluiseñas.
Habíamos quedado más que satisfechos con la caminata al Salto de la Moneda. Pero, a decir verdad, aún nos quedaba medio día en Potrero de los Funes y quisimos continuar conociendo aquella villa turística. Por esta razón le llegó el momento a Héctor, el otro guía de Pilpintus, que se encarga de llevar a los visitantes a pasear en bicicletas de montaña por un entretenido circuito por los alrededores de la pintoresca localidad sanluiseña.
Realizar una salida en mountain bike es una manera práctica de recorrer el lugar que se está visitando aprovechando el tiempo al máximo. Se cubre más terreno que a pie y permite observar el entorno con mayor precisión que en auto. Además, Héctor aseguró que sentiríamos una buena dosis de adrenalina al transitar los zigzagueantes caminos.
Para disfrutar de la travesía sin riesgos fuimos provistos de casco de seguridad, cantimplora, guantes y la bicicleta de montaña, por supuesto. Una pequeña charla técnica nos recordó la utilización de los cambios y platos, para que a la hora de toparnos con una cuesta la resolviéramos airosamente. Una vez que estaba todo dispuesto, partimos sin prisa, pero también sin pausa.
Realizar una salida en mountain bike implica saber combinar destreza y resistencia física para poder transitar por los más diversos terrenos. Héctor, siempre atento a nuestras necesidades, fue indicándonos el camino y asegurándose de que estábamos en óptimas condiciones para afrontar el difícil trayecto que fuimos atravesando.
Los encantos paisajísticos de Potrero de los Funes se abrían a cada instante. Sentimos el viento en la cara y la calidez del sol sobre nosotros. De a poco nos fuimos internando por espectaculares cuestas e impactantes quebradas, apreciando la belleza de las serranías.
Nuestro guía nos contó que pertenece a la comunidad huarpe, una de las etnias nativas de la región de Cuyo. Mientras paseábamos nos habló sobre sus creencias y rituales, sobre la concepción que tienen de la naturaleza y el equilibrio que debe existir entre lo espiritual y lo natural. Gracias a sus indicaciones supimos del uso medicinal de algunas hierbas de la zona y, casi sin darnos cuenta, el tiempo se nos fue pasando.
En lo alto de un morro nos detuvimos a contemplar la belleza del embalse de Potrero de los Funes. A su vera reparamos en el imponente Hotel Internacional, que posee excelentes servicios capaces de satisfacer a los huéspedes más exigentes.
Sin dudas la cuota de adrenalina la sentimos en todo su esplendor cuando transitamos por un tramo del circuito de mountain bike que se utilizó en la carrera por la segunda fecha del campeonato argentino de la especialidad. Una impresionante y desnivelada bajada a más de 40 kilómetros por hora nos hizo sentir por unos segundos una velocidad y un vértigo descomunal. Aquí es importante estar sumamente concentrado en el circuito que se atraviesa, cualquier distracción puede provocar una caída.
Luego de la bajada continuamos pedaleando por la localidad. Tomamos el circuito carretero y comenzamos a bordear el lago artificial, recorriendo los 6 kilómetros que ello implica.
A lo largo del circuito fuimos realizando distintas paradas técnicas para hidratarnos, descansar las piernas y observar con mayor detenimiento los lugares que estábamos atravesando. En este sentido, el paseo en bicicleta está muy bien pensado y los buenos momentos, totalmente asegurados.
Tras pedalear unas tres horas aproximadamente, dimos por culminado el paseo. Totalmente agradecidos, nos despedimos de nuestro nuevo amigo que nos había invitado a andar en bicicleta por uno de los lugares más tranquilos y bellos de San Luis.