En los alrededores de Ushuaia, la laguna Esmeralda es un paseo perfecto. Ideal para caminar en grupo.
No hay duda de que Ushuaia encierra verdaderos paraísos para los amantes del trekking. Uno de ellos es la laguna Esmeralda, ideal para quienes tienen ganas de hacer sus primeras caminatas o salidas en grupo.
Ir en busca de esta famosa laguna es una de las posibilidades que nos propusieron los amigos de Ushuaia Aventura, así que luego de realizar los preparativos y de ponernos de acuerdo con el horario y lugar para que nos buscaran, tuvimos que esperar hasta el día siguiente para concretar la excursión.
Y llegó el día.
Fuimos hasta un extenso playón de estacionamiento a metros del centro invernal Altos del Valle (a 18 kilómetros de la ciudad de Ushuaia, luego de tomar la ruta 3), donde nos dejó la combi, y el grupo comenzó a ajustar la indumentaria y zapatos para arrancar con el recorrido. Un cartel nos indicó la senda hacia la laguna.
Así, llegamos a un pequeño bosque y luego a uno de los típicos turbales de Ushuaia y de casi toda Tierra del Fuego, donde para satisfacción y sorpresa de todos pudimos observar un grupo de castores que nadaban en una castorera; cuando nos vieron, comenzaron a acercarse.
Un pequeño puente cruza el arroyo Esmeralda y nuestros ojos comenzaron a mirar todo deslumbrados. El guía nos dijo que esto era apenas una muestra de lo que estaba por venir y que en cuestión de minutos estaríamos ante un lugar fascinante.
El camino vuelve a internarse en el bosque y se bifurca en dos sentidos. Tomamos el sendero que bordea el río, que nos acercaría nuevamente a nuestro destino.
El color de la laguna atrapa hasta a los más incrédulos. Las montañas y picos nevados, junto a los bosques que la rodean, se reflejan de manera perfecta en la superficie turquesa del agua.
Cuando estábamos cerca, el guía nos empujó a subir un pequeño cerro y dijo que del otro lado nos espera el paraíso. Llegamos hasta su cumbre y ahí abajo, perfecta, descansaba ella: la laguna Esmeralda.
Fotos interminables, momento de relajación, tiempo para contemplar lo divino, lo mágico que esconde la naturaleza. Pocas veces vimos un lugar tan perfecto.