Con la llegada del verano austral, las horas de luz se prolongan y dan paso a las mejores excursiones que se pueden planificar, como a las que invita el Gato Curuchet.
Cuando la primavera da lugar al verano en el hemisferio austral y las horas del día parecen multiplicarse dejando noches cortas, siempre se oye el mismo nombre cuando se pregunta por las mejores actividades que se pueden realizar en las cercanías de Ushuaia: el del Gato Curuchet. Solo queda, entonces, seguir el dedo que señala más allá del monte Olivia mientras alguien dice que al Gato se lo encuentra en el Valle de los Lobos.
Pasión canina
Nacido en Tandil, el Gato Curuchet soñaba desde chico con conocer los hielos de Alaska. Finalmente, cuando comenzó su viaje con destino a las tierras de las que tanto hablaba Jack London en sus novelas, el azar hizo que terminara en un paisaje similar pero más cerca del círculo antártico que del ártico: perdió su barco y se quedó para siempre en Ushuaia.
Quienes llegan al Valle de los Lobos no pueden dejar de sorprenderse cuando son recibidos por los verdaderos reyes del lugar: los huskies y alaskan malamutes. Aunque el paseo en trineo sea una actividad invernal, el criadero de perros permanece abierto durante todo el año, para alegría de niños y grandes, quienes no dejan de preguntar el precio de los animales. Luego de que se les explica que los perros no están a la venta, todos entienden que no hay un lugar mejor que este para los animales, en medio de un marco natural.
La luz del verano
La temporada estival trae largas horas de luz, lo que permite acampar y pernoctar en lugares inolvidables cuando las excursiones lo requieren. Las posibilidades que ofrece el Gato van desde las visitas a los diques construidos por los castores hasta caminatas que llevan a los diferentes espejos de agua cercanos a la ciudad.
Además de conocer el criadero de perros de trineo (el atractivo que más fama le ha dado al lugar), se puede realizar una de las excursiones con los paisajes más bellos de la isla: la laguna Esmeralda. Esta excursión tiene un encanto propio, tanto por la visita a los distintos refugios a los que se va accediendo a medida que se acerca al espejo de agua como por el marco natural que acompaña la caminata durante el trayecto.
Descanso obligado
Mientras se recorre el majestuoso valle Carbajal, el Gato realiza una parada para que todos, perros y hombres, puedan descansar. Mientras los visitantes observan el increíble paisaje, el Gato comienza a juntar leña para luego encender una fogata que terminará siendo el inicio de un espectacular asado.
El asado es la mejor excusa para reunirse y compartir anécdotas, viajes y experiencias de vida, mientras la mirada azul de los perros se pierde entre los presentes y el paisaje abriga la certeza de que el Valle de los Lobos es un lugar irrepetible.
Si venís en verano
Con la llegada del calor y de la luz interminable que brinda el verano se pueden hacer distintas excursiones: un recorrido en 4x4 por el paso Garibaldi conociendo los lagos Fagnano y Escondido, avistar castores en su propio hábitat o llegar hasta la famosa Laguna Esmeralda, que por el color de sus aguas es uno de los paraísos inimaginables que guarda esta ciudad cada verano.