El Tren del Fin del Mundo

Sobre la ladera del monte Susana, en el valle del río Pipo, un paisaje zigzagueante ingresa al Parque Nacional Tierra del Fuego. El medio de transporte es el Tren del Fin del Mundo, un paseo que pone en valor el tren de los presos, como lo llamaron dentro de la historia. Luego de más de 40 años, en 1994 el tren turístico recuperó parte del trazado que realizaba el ferrocarril penal de Ushuaia.

Un recorrido mítico
El paseo se inicia en la Estación Fin del Mundo, a 8 km del centro de Ushuaia. A bordo del tren, los relatos asombrosos y escalofriantes de los presos comienzan a surcar el recorrido. La historia del presidio cuenta cómo se levantó la planta de cinco pabellones, convertida hoy en museo. Las formaciones más rudimentarias del tren de los presos tenía como función principal transportar madera y piedra para la construcción del penal.

El presidio tuvo su inicios en la Isla de los Estados y luego se comenzó la nueva construcción en una incipiente Ushuaia, en donde existía un poblado de 40 casas en 1902. El origen de la cárcel va en paralelo con un plan de colonia penal, pensado para poblar estos lugares tan inhóspitos de mares bravos e impetuosos, en tiempos de tratados de límites en la Argentina de fines de siglo XIX.

Ushuaia cubría sus necesidades a través de los talleres y el trabajo de los presos. Estos hombres construyeron las calles, los edificios públicos, los puentes, incluso elaboraban el pan del pueblo, y el presidio dio impulso a los primeros servicios esenciales de electricidad, teléfono e imprenta. El patrimonio arquitectónico que fue motor del nacimiento de la ciudad en la primera mitad del siglo pasado fue recuperado por la Armada Argentina, y allí funciona el Museo Marítimo de Ushuaia desde 1996.

Cruzando el Puente Quemado sobre el río Pipo, la primera parada del tren turístico es Estación Cascada La Macarena. El Cañadón del Toro queda detrás y el río acompaña todo el trayecto con sus aguas de deshielo que desembocan en el Canal Beagle. En esta parada, los visitantes pueden bajar y disfrutar del ascenso a un mirador sobre el valle del río, incluso el sendero llega un poco más arriba, sobre la cadena del Martial.

Es posible contemplar toda la belleza del mítico parque nacional mientras los guías expertos explican el origen y las características geográficas. Bordeando el río que serpentea el valle, se observa otro vestigio del paso del tren de los presos. Se trata del Cementerio de Árboles, cuyos tocones quedan como testigos de un tiempo pasado.

La Estación del Parque Nacional es la última parada, luego de recorrer 7 km. Allí el visitante podrá caminar por el parque y continuar con alguna otra excursión o emprender el regreso a la ciudad. Se programan 3 salidas diarias. La organización facilita un sistema de audio individual para escuchar la historia en 7 idiomas diferentes.