Esta hermosa iglesia, ubicada frente a la plaza principal, es una de las joyas que posee la ciudad de Victoria. Además de asistir a misa, es posible entrar y apreciar sus rasgos arquitectónicos.
La Virgen vasca
Alrededor de 1469 el país vasco se encontraba asediado por las guerras y las sequías. Miles de personas oraban pidiendo agua y paz. La historia cuenta que Rodrigo de Balzátegui, vecino de Oñate, encontró la imagen de una virgen sentada que sostenía un mundo en su mano derecha y al niño Jesús en su mano izquierda. La virgen se encontraba apoyada en un monte de espinillos. Al verla, Rodrigo exclamó en vasco la palabra “arantzazu” que significa “espina o espinal”. Luego regresó al pueblo para contar la historia de esta virgen y lograr que fuera allí donde desde ahora se realizaran las plegarias.
Un grupo de jóvenes aceptó la propuesta y le construyó una especie de altar en aquel lugar. El primer milagro que se le atribuye a la Virgen es que, días después de esto, una enorme lluvia se desató sobre aquel poblado durante varios días. Las treguas que meses más tarde consiguiera el pueblo vasco fueron el segundo milagro que se le atribuyó.
Ahora, en Victoria
Esta imagen encontrada por Rodrigo de Balzátegui es la que se venera hoy en la Basílica de Nuestra Señora de Arántzazu. Fue proclamada patrona y fundadora de Victoria el 13 de mayo de 1810. Esta fecha es la que se toma como aniversario de la ciudad ya que ese día se celebró la primer misa local.
Lo que en un primer momento fue un rancho de adobe y paja donde se veneraba a Dios, hoy se ha convertido, con el correr de los años, en una de las obras arquitectónicas religiosas más bellas que tiene nuestro país.
La arquitectura de la capilla asombra en su entrada. Tanto de noche como de día decenas de personas se paran en su frente para apreciar sus torres macizas, cuadradas y sólidas que, si bien le aportan un aire de castillo, armonizan con sus ventanales. El famoso y conocido rosetón simboliza el nacimiento de la fe de la Iglesia cristiana.Traspasar sus dos grandes puertas de madera es entrar en un mundo nuevo, más allá de que se tenga o no fervor religioso. La imagen de la Virgen que hoy está dentro, y que se encuentra allí desde 1810, fue traída de España.
Las pinturas que allí se pueden apreciar pertenecen al artista argentino José Augusto Fusillier, quien concluyó sus frescos en 1955. Estas pinturas se refieren a diferentes pasajes bíblicos, salvo la obra “Rey de Reyes” (que se encuentra a la izquierda del altar), que resultó de una pura inspiración del artista.
Más allá de la creencia que se tenga, el sitio ofrece una historia inigualable que nos acerca un poco más a esta antigua pero coqueta ciudad.