Ubicado dentro del complejo El Molino se encuentra uno de los mejores spa de la ciudad de Victoria. La Calma es un sitio en que todavía es posible dejarse llevar y olvidarse de todo.
Vivir "a mil"
La rutina de las grandes metrópolis, entre las que se puede contar en nuestro país a Buenos Aires y a la ciudad de Rosario, logra fácilmente hacernos olvidar quiénes somos y, muchas veces, qué queremos para nuestra vida.
Victoria es uno de esos sitios en que la amabilidad campestre puede hacernos olvidar prácticamente todo. Llegamos al spa La Calma y de inmediato nos pusimos en contacto con la encargada del mismo para solicitarle un turno para conocer todas las opciones que tiene el visitante.
“La idea es relajarse, volver a sentir, disfrutar del no hacer nada, escuchar los sonidos del cuerpo, las sensaciones, buscarse adentro; de eso se trata nuestra propuesta” nos explicó Belquis, quien oficia de guía en este hermoso y placentero lugar.
Con pinturas de mujeres griegas que logran contextualizar armoniosamente el ambiente, el sitio se vuelve ideal para combinar el descanso con la relajación mental y física.
Relajarse es salud
Reiki, sauna, baños de hidromasaje, ducha escocesa, tratamientos faciales y corporales, fangoterapia y, por supuesto, masajes descontracturantes son algunas de las opciones por las que allí se puede optar. Sesiones de reflexología podal, masajes con esencias aromáticas y tratamientos estéticos corporales y faciales son los elegidos por la mayoría de los visitantes que se acercan al spa.
Una de las ventajas que posee La Calma, a diferencia de otros spa, es que está abierto al publico general y que, reservando un determinado turno, cualquier persona que esté visitando Victoria puede acercarse para hacer un alto y relajarse.
Una hora basta para volver al ruedo.