Paseo hasta el faro Querandí en cuatriciclo

La idea había quedado pendiente desde hace tiempo. El faro Querandí sería esta vez la meta a alcanzar. Una travesía de arena, mar y bosque donde la adrenalina no conoce límites.


Bosques con glamour

En las inmediaciones de Villa Gesell, la naturaleza se vuelve la gran protagonista del verano. Sólo hay que alejarse un poco de las zonas céntricas para darse cuenta de que el corazón de la villa mantiene intacto el mismo espiritú que la hizo famosa hace décadas entre los más jóvenes.


En fila india y tomando precauciones con el tránsito, fuimos dejando atrás la civilización. Bosques de pinos, cipreses, acacias y eucaliptos, además de grandes médanos de arena, comenzaban a ganar terreno a medida que nuestros cuatriciclos se adentraban en el camino que recorre las localidades de Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul.


A medida que avanzábamos, la velocidad de los cuatriciclos disminuía notablemente, y los ojos comenzaban a mostrarnos pintorescas construcciones que, con estilo patagónico y mediterráneo, se han encargado de mimetizarse sabiamente con la belleza natural del bosque. Coquetos restaurantes, hosterías, centros comerciales y ferias artesanales nos llamaban la atención.

  • Una travesía de arena, mar y bosque

    Una travesía de arena, mar y bosque

  • La adrenalina no conoce límites

    La adrenalina no conoce límites

  • El faro Querandí

    El faro Querandí

  • Habíamos cumplido nuestra meta

    Habíamos cumplido nuestra meta

Mar de las Pampas recibe este nombre por ser uno de los pocos lugares de la costa donde la llanura de la pampa húmeda se encuentra con el mar. Mar Azul ha sido bautizada de este modo debido al intenso color que presenta el océano por esas latitudes y Las Gaviotas es un homenaje a la gran cantidad de estas aves marinas que todos los días del año merodean este balneario.

Pero nuestra meta era el faro. Fue la primera construcción del actual partido de Villa Gesell, data del año 1922 y está ubicado a 30 kilómetros de la villa.


Reserva Natural Municipal Faro Querandí

Luego de casi una hora y media de recorrido, una larga calle de arena nos depositó frente a la inmensidad del mar. Desde allí, subiendo y bajando médanos enormes, seguimos una línea imaginaria que nos llevaría hasta el famoso faro, que hoy y hasta el año 2009 se encuentra protegido por un convenio para la Preservación del Patrimonio Nacional.

Esta reserva, dentro de la cual se encuentra el faro, posee una superficie de 5.757 hectáreas de duna. Además de en cuatriciclo, se puede acceder a la zona en vehículos de doble tracción, siempre y cuando se transite por las huellas existentes a fin de no poner el peligro la fauna y flora autóctona del lugar.

Por ello, los casi veinte excursionistas que salimos a la aventura en cuatriciclo fuimos informados de esto con anterioridad. A medida que nos acercábamos al faro, la fila india se impuso entre los conductores para no causar daños a este majestuoso ecosistema natural que apenas recibe la visita del hombre.

Ráfagas de arena obligaban a cubrirnos la cara y a usar anteojos de sol, pero incluso el mal tiempo, la arena, el agua y alguna que otra caída le agregan emoción a este tipo de aventuras.

A lo lejos, comenzaba a divisarse la silueta blanca y negra del faro recién pintado, que posee una altura de 54 metros, 276 escalones en forma de caracol y un alcance lumínico de 18 millas marinas, lo que equivale a casi 20 kilómetros de distancia, aunque dentro del agua parecieran muchos más.

Y fue cuando faltaban apenas unos kilómetros que, casi sin proponérnoslo, todos comenzamos a acelerar nuestras máquinas de distintas cilindradas a tal punto que se desató una carrera interminable para ver quién sería el primero en llegar.

Lentamente fuimos dejando la pasión de lado y volvimos a la racionalidad que nos impone sabiamente la preservación de la naturaleza, que para quien escribe esta nota no es sólo una elección, sino una obligación como ciudadano del mundo.


La llegada al Querandí

Luego de estacionar correctamente los cuatriciclos en la entrada, Hectór Rolando Pelayo, quien tiene a su cargo el cuidado y funcionamiento del faro, nos estaba esperando para contarnos un poco sobre las actividades que realizan todos los días del año y que son fundamentales para los navegantes de la zona, como así también para los pescadores.

Como todos los faros que pueblan el litoral marítimo, el Querandí técnicamente es un punto estratégico de posicionamiento en la costa que nos permite ubicarnos geográficamente cuando estamos mar adentro, y de no ser por su vigencia y permanencia, los accidentes náuticos serían muchísimo más frecuentes.

En la actualidad, el faro es visitado por cientos de turistas durante la temporada estival, lo que significa que en forma permanente es necesario acondicionar y preservar no sólo el correcto funcionamiento de su actividad principal -es decir dar luz- sino también de la infraestructura necesaria para recibir la visita del turismo.

Y es durante el mes de octubre que desde hace un par de años se viene realizando una increíble maratón que logra convocar a los deportistas y corredores más destacados del país en este tipo de eventos con un recorrido que incluye bosques, mar, médanos y playas, que parte desde Mar de las Pampas y llega hasta el faro. Un verdadero orgullo para las autoridades y los responsables del lugar.

Subir a visitarlo fue una sabia elección y, a medida que íbamos ganando altura, observábamos el efecto caracol que toman las escaleras tanto desde arriba como desde tierra firme. Una foto única y preferida por los amantes de las formas, colores y sensaciones, y una postal maravillosa que deja ver la hermosa Villa Gesell y pinta una breve idea de la no tan lejana ciudad de Mar del Plata.

Durante la vuelta hasta la villa, nuestro amigo el viento soplaba en popa o de cola, por lo que los cuatriciclos rápidamente ganaron velocidad, compitiendo como las crestas de las olas entre sí.

La orilla del mar es sin ninguna duda un lugar ideal para desplazarse a toda velocidad por la tarde, cuando ya no hay bañistas. El sonido de las olas y la inmensidad del horizonte nos hicieron olvidar que, en lo alto, siempre existe un faro que nos vigila y que vale la pena conocer.

Autor Pablo Etchevers Fotografo Pablo Etchevers

Contacto de la excursión o paseo


Cuatriciclos del Sol

Av. 3 y Paseo 149, Villa Gesell, Buenos Aires, Agentina

Teléfono Teléfono: +54 2255-454449


Honda Blanca

Av. 3 y Paseo 149, Villa Gesell, Buenos Aires, Agentina

Teléfono Teléfono: +54 2255-476383


Suzuki en Gesell

Av. 3 y Paseo 150, Villa Gesell, Buenos Aires, Agentina

Teléfono Teléfono: +54 2255-473000


Triwillie

Av. 3 y Paseo 149, Villa Gesell, Buenos Aires, Agentina

Teléfono Teléfono: +54 2255-475399


Muelle del Club de Pescadores

Calle 129 y Playa, Villa Gesell, Buenos Aires, Agentina

Teléfono Teléfono: +54 2255-463750

HorarioHorario: A convenir con los prestadores.
Organiza tu viaje con: interpatagonia.com | welcomeuruguay.com | welcomechile.com