En una rutina que ya es tradicional, los jueves y viernes el patio que se encuentra detrás del histórico Cabildo se llena de puestos en los que se ofrecen artesanías.
De pronto parecía difícil creer que seguíamos en el microcentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El sol que se colaba entre las hojas, el ambiente distendido y amplio, las paredes porosas e históricas.
De todo, para todos
El verano estaba terminando cuando visitamos la feria, pero el sol caía sobre nuestras cabezas como ya no creíamos que lo hiciera en Buenos Aires: caluroso y amable. Y a pesar de los casi 30 grados que reinaban sobre la ciudad, estuvimos a punto de comprar un tejido de lana. Los productos y el ambiente hacen que el visitante se distienda, aunque se encuentre en el centro mismo del microcentro.
Escondido tras los paredones blancos de detrás del Cabildo (hoy, museo), este patio, con sus pisos de ladrillo rojo, sus aljibes, sus rejas de hierro forjado y sus puestos de artesanías, es un secreto a voces: el lugar perfecto para descansar de todo.
Un patio con historia
Este espacio a los pies del Cabildo es, claro, tan antiguo como la ciudad misma. Pero más cerca de nosotros, ya en la segunda mitad del siglo XX sirvió como lugar de asentamiento para una feria de libros usados hasta que en la década del ´70 una serie de nuevas construcciones cerraron el patio para el uso público.
Esto fue así hasta que en 1986 se decidió abrir los portones que cerraban el patio para que la vida lo inundara otra vez. Se había creado la Feria de Artesanía y Diseño Urbana.
Desde entonces, los jueves y viernes se arma en el patio esta feria que ofrece a quienes decidan pasar una variada oferta de muy interesantes productos artesanales. Los artesanos que participan en esta feria son seleccionados por un jurado que basa sus juicios en la calidad y capacidad de su trabajo.
En el patio encontramos también un resto bar que, con sillas al aire libre y dentro de su salón, ofrece la posibilidad de cerrar con un café, una cerveza fría o un delicioso plato esta inesperada visita a un rincón casi escondido de Buenos Aires.