En una rutina que ya es tradicional, los jueves y viernes el patio que se encuentra detrás del histórico Cabildo se llena de puestos en los que se ofrecen artesanías.
De pronto parecía difícil creer que seguíamos en el microcentro de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El sol que se colaba entre las hojas, el ambiente distendido y amplio, las paredes porosas e históricas.
De todo, para todos El verano estaba terminando cuando visitamos la feria, pero el sol caía sobre nuestras cabezas como ya no creíamos que lo hiciera en Buenos Aires: caluroso y amable. Y a pesar de los casi 30 grados que reinaban sobre la ciudad, estuvimos a punto de comprar un tejido de lana. Los productos y el ambiente hacen que el visitante se distienda, aunque se encuentre en el centro mismo del microcentro. Escondido tras los paredones blancos de detrás del
Cabildo (hoy, museo), este patio, con sus pisos de ladrillo rojo, sus aljibes, sus rejas de hierro forjado y sus puestos de artesanías, es un secreto a voces: el lugar perfecto para descansar de todo.