Ver fútbol ya no es lo que era, por suerte. Hoy, miles de turistas de todo el mundo viajan por el mundo viendo clásicos que no les pertenecen, pero que sí les llaman la atención. Aquí vienen por Boca y River, y esto los cambia para siempre.
Al igual que sucede en todos los países del mundo, el fútbol no solo pasó a formar parte de la vida colectiva de la sociedad, sino que también se transformó en un espectáculo a admirar por aquellos que no pertenecen siquiera a alguno de los equipos que se encuentran enfrentados en cada partido.
Los nuevos medios y tecnologías para “mirar fútbol” han logrado que nos interesemos por ver que pasa del otro lado del mundo y así por supuesto, también nos miran a nosotros de este lado. No es sorprendente entonces que hoy los jugadores de fútbol ganen sumas millonarias simplemente pateando una pelota de cuero.
Si entendemos esto podremos entender por qué miles de turistas llegan cada vez a la ciudad de Buenos Aires cuando juegan Boca Juniors y River Plate tratando de no perderse este espectáculo que se encuentra entre los diez primeros a nivel mundial y que quienes han tenido la oportunidad de ver aseguran que es una de las cosas que hay que experimentar en la vida antes de morir, aunque suene demasiado exagerado.
Desde los hoteles o hostels, todos los domingos que hay fútbol, los turistas saben que el micro los pasa a buscar en cuestión de minutos, por lo que hay que estar atentos para no perderse la excursión. Así, en segundos, visitantes de todas las nacionalidades del mundo, pasan a ser hinchas de Boca o River casi sin darse cuenta, e incluso a interesarse por otros equipos aún de menor jerarquía que han escuchado nombrar alguna vez en sus vidas.
Con las camisetas puestas, banderas y vinchas comienzan a entonar parte del cancionero oficial del famoso club en este caso, de la ribera: "Dale Boca, dale Boooo", "Diegoooooo, Diegoooooo, oleeeeee, oleeeeee" "Riquelmeeeee, Riquelmeeeee", "Palermoooo, Palermoooooo" y hasta el inconfundible "El que no salta es una gallina, el que no salta es una gallina", que logra fanatizar ya dentro del micro a un grupo de nómades turistas que ahora tienen algo en común con Argentina. Ya son hinchas de Boca.
Ubicados en las tribunas, no falta el grito de gol y el abrazo compartido del final y el "que vamo' a salir campeones, que vamo' a salir campeones" se empieza a escuchar de sus propias bocas.
Los festejos siguen fuera del estadio con pizza y cerveza bien fría, como para abandonar el barrio de la Boca nostálgicos, con la frente marchita. Los micros dejan a cada uno en el mismo lugar de donde sale la excursión. Sanos, intactos, seguros, pero ahora distintos. A partir de este momento, cada uno de ellos se ha transformado en un "bostero" más.
Consejos cancheros para ir a la cancha
Para ir a la cancha y vivir esta singular experiencia sin pasar sobresaltos es fundamental tener en cuenta algunas consideraciones:
- No llevar objetos de valor. En caso de llevar cámaras fotográficas, portarlas consigo colgadas y nunca darle a sacar fotos a gente desconocida, aun cuando se preste amigable y solidaria.
- Llevar poco dinero, al igual que documentación. Tratar de llevar cambio (moneda chica) y no mostrarlo en público, al igual que objetos de valor u otros que no se pudieron dejar en el hotel.
- No ingerir bebidas alcohólicas, ya que antes de entrar a espectáculos públicos es necesario pasar controles de alcoholemia y sustancias prohibidas. Lo ideal es estar lúcidos y así disfrutar del espectáculo en su plenitud.
- Controlar las emociones fuera de la cancha, antes de entrar y luego del partido, para evitar así pasar un mal momento con facciones del cuadro rival o visitante. Es mejor festejar solo dentro de la cancha.
- No separarse nunca del grupo con el que vamos a la cancha y buscar siempre la figura de alguno de los organizadores del tour para no perdernos, ni dentro ni afuera del estadio.
-En caso de extraviarnos, buscar siempre una autoridad y comunicarle simplemente que estamos perdidos. Llevar siempre, anotado en un papel o tarjeta, la dirección del lugar en el que estamos alojados.