Prepare su cámara fotográfica y abra bien sus ojos. Vistas únicas sobre la city porteña nos harán disparar un sinfín de clicks.
En la terminal sur del Aeroparque (Sarmiento y Lugones) nos esperaba un experimentado piloto para embarcarnos en un helicóptero Robinson 44 con capacidad para 3 personas y su comandante. Un vuelo suave y placentero, en un cielo abierto y celeste, nos llevó a conocer los techos porteños.
En el despegue, el helicóptero nos mostró el Aeroparque con sus hangares y aviones estacionados. Luego, el ferrocarril Mitre apareció en miniatura, como una gran maqueta con sus trenes de juguete.
Anaranjadas canchas de tenis, los jardines y las verdes aguas del lago de El Rosedal, los amplios llanos del hipódromo y las canchas de polo, el circular Planetario, el Monumento a los Españoles dividiendo el tránsito de las avenidas del Libertador y Sarmiento, los caminitos del Zoológico de Buenos Aires y los llamativos puentecitos del Jardín Japonés conformaban una vista poco común de los Bosques de Palermo.
Más adelante, con rumbo sur, volando a unos 200 kilómetros por hora y a unos 150 metros de altura, luego de pasar por encima del barrio de la Recoleta, llegamos a la altura de la 9 de Julio. Aquí el piloto interrumpió unos instantes su rumbo para poder apreciar con más detenimiento la avenida y su particular obelisco, allá, a lo lejos.
Continuando la marcha nos esperaba el barrio de Retiro, con su particular Torre de los Ingleses, rodeada por las estaciones ferroviarias y el hotel Sheraton. Más adelante, ya en Puerto Madero, nuevos y lujosos edificios decoraban esta zona que una década atrás estaba casi abandonada. El Puente de la Mujer y la fragata Sarmiento se destacan como dos de los atractivos turísticos a conocer.
Levantando la vista, observamos el Río de la Plata bañando los murallones del puerto y de la Reserva Ecológica Costanera Sur.
Continuando el vuelo arribamos al popular barrio de La Boca. Las tribunas azules y amarillas de la "Bombonera" (estadio del club Boca Juniors), el tradicional paseo El Caminito -con sus barcitos, artistas plásticos y colorida arquitectura- , el renegrido Riachuelo y los puentes que lo cruzan para vincular la Capital con los barrios del Gran Buenos Aires son los puntos más lejanos que vimos en el paseo.
Aquí la nave desvió su rumbo para volver a Aeroparque. A nuestra izquierda, veíamos la Casa Rosada y la Plaza de Mayo, los modernos edificios de Catalinas, la plaza San Martín y el monumento a los caídos en Malvinas. Antes de aterrizar, la Recoleta, con su clásico cementerio y sus amplios parques, nos mostró la curiosa flor metálica móvil de Eduardo Catalano, "Floralis Genérica".
Un descenso suave y paulatino nos posó nuevamente sobre la plataforma sur del Aeroparque Metropolitano. Éste es uno de los varios helitour que se pueden contratar en la ciudad de Buenos Aires. Una forma distinta y deslumbrante de conocer una ciudad que está conformada por imponentes edificios, monumentos, parques y un gran espejo de agua como es el Río de la Plata.