Esta ciudad saludable tiene ambientes previstos para ensamblar nuestras vacaciones con el aire libre, ya sea que lleguemos en micro o en nuestro propio auto.
El campamento organizado es una de las tantas opciones que se brinda en la actualidad al turista inquieto. En San Martín de los Andes se ha afianzado dicha manera de vacacionar y realizar paseos lacustres, recorrer distintas playas o visitar los bosques de las cercanías.
A pocas cuadras de la plaza principal encontramos el camping del Automóvil Club Argentino, con áreas diferenciadas para casas rodantes, carpas o grupo de mochileros, y muy buena sombra. Está pegado a un arroyo que, si bien no se utiliza para baño, ofrece su murmullo fresco y forma parte del paisaje. Por estar inserto en la ciudad, sólo es silencioso cuando ésta duerme. Los espacios asignados son amplios, con fogones, luz eléctrica y servicios las 24 horas del día.
Saliendo del centro urbano hacia Junín de los Andes, existen dos posibilidades de acampada. El Camping del Molino, a solo 5 kilómetros y sobre la ruta 40, tiene una arboleda espesa que colabora con el fuerte sol del verano. Su ubicación en un suburbio poblado permite realizar las compras diarias muy fácilmente. También el Camping Amigos de la Naturaleza, en un valle amplio, cuenta con buen arbolado y un entorno montañoso espectacular. Su principal característica es la tranquilidad, ya que se sitúa en un camino vecinal sin barrios residenciales cercanos. Ideal para descansar.
Si la idea es amanecer y tener el lago Lácar como vecino, con su bruma mañanera impagable, se puede decidir por el paraje Catritre o la villa Quina Quina.
En el primero de esos ámbitos, el más cercano a la planta urbana, los campings Catritre y Lolen son administrados por la comunidad mapuche local. Catritre tiene una playa extensa para aprovechar el sol y los baños, y también sitio propio para la bajada de kayak. Si el tiempo no acompaña, una confitería y restaurante con amplios ventanales ofrece la posibilidad de comer y contemplar el lago desde su interior.
Para conocer el camping Lolen, solo hay que cruzar el arroyo. A los servicios de sitios para acampar se suman sus cabañas con todo lo necesario para una estadía acogedora.
Otros espacios ideales para el acampe se ofrecen en Villa Quila Quina. Dentro de una población residencial y con vegetación abundante, el camping Quila Quina, con muchos años de actividad, desarrolló sus parcelas a lo largo de un arroyo de montaña que llega al lago; sus fogones, sanitarios y restaurantes son de primer nivel. Más reciente es el camping Antgti Lafquen que, a orillas del lago, está menos amparado de los vientos imperantes.
Si la idea es alejarse más aun de la ciudad, las orillas de los lagos Falkner y Nonthué brindan sus costas para el acampe permitido, con costo. En esas extensiones considerables de agua, la recreación náutica está asegurada tanto como las caminatas a distintos cerros y cascadas cercanas. Nadar, pescar, navegar, hacer trekking son sólo algunas de las actividades sugeridas.
Sabido es que el clima en el Sur argentino es algo para tener en cuenta. No obstante, nada se compara con una noche junto al fogón, abrigados si fuera necesario, o una mañana fresca pero con aromas a pasto húmedo y atmósfera limpia, ahí nomás, junto a la carpa.