Quienes se aventuran en las “manzanitas rojas” descubren paisajes increíbles de la Patagonia argentina. Es una de las excursiones clásicas de Bariloche.
El complejo Teleférico Cerro Otto se disfruta en cualquier época del año. Cada estación es una muestra de las bondades de la naturaleza. Bosques, montañas, espejos de agua y cielos que se mimetizan son el escenario mágico para las mejores fotografías dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi.
Un paseo tradicional
El acceso al cerro Otto es muy sencillo, tal vez por eso sea uno de los paseos preferidos. Con vehículo propio o alquilado se llega por las dos rutas que nacen en el centro, Av. Bustillo y Av. De los Pioneros. La empresa también brinda traslado gratuito desde el centro de la ciudad, en ómnibus con frecuencia regular.
Las góndolas recorren 2100 m desde la Estación Inferior hasta la Estación Superior. La confitería giratoria en su cima es muy característica de las postales de la región. Desde la plataforma del complejo es muy fácil entender cómo la panorámica que se observa encandiló a don Boris Furman, allá por los años 60, creador de la Fundación Sara María Furman, la propietaria del complejo turístico. Este hombre que se enamoró del cerro Otto tenía un espíritu solidario, por eso la fundación significa no solo el disfrute de este paseo, sino también la donación de las utilidades en partes iguales al Hospital Zonal de Bariloche y a dos entidades con fines sociales de la comunidad judía de Buenos Aires.
El complejo ofrece varias actividades para pasar el día. En su interior, la Galería de Arte expone copias exactas de El David, La Piedad y El Moisés, obras del artista Miguel Ángel Buonarroti, y fotografías de bocetos y pinturas del genial artista. La sala Otto House Music abre sus puertas para eventos dirigidos al turismo estudiantil y un microcine proyecta documentales regionales y de la historia del teleférico.
La confitería que gira en un radio de 360° es el sitio de parada obligada para almorzar o reponer energías con un café o chocolate con torta. Desde el deck panorámico se observan la estepa patagónica, los cerros Ñireco, Carbón y Ventana y el casco urbano de San Carlos de Bariloche. Allí también se puede tomar un descanso y captar imágenes espectaculares.
El invierno en Bariloche es el contacto con la nieve y en el complejo se disfruta de manera muy accesible. Los deslizamientos en trineos son muy divertidos, sobre todo cuando se viaja con niños, y las caminatas con raquetas para nieve son opciones increíbles para quienes quieren adentrarse en la magia de los bosques nevados. Las actividades de montaña tienen un valor agregado: el Funicular de la Cumbre. Para volver al punto de partida de las pistas de trineo o el Otto Kart, este cómodo transporte facilita el ascenso y la gente aprovecha mucho más de las actividades invernales que brinda el cerro Otto.
En época más templada, se puede disfrutar de las caminatas por los senderos del Otto, contemplar la geografía grandiosa del PN Nahuel Huapi y llevarse una experiencia sin igual. La senda a Piedra de Habsburgo es un paseo contemplativo para encontrarse con la naturaleza y descubrir otra posibilidad que brinda llegarse hasta la cima del cerro Otto.
En pocos minutos se accede a una de las vistas más espectaculares de Bariloche. El Teleférico Cerro Otto es un paseo para aprovechar en la cercanía de la ciudad y disfrutar de la aventura, la cultura y la naturaleza.