Huella Andina en Bariloche

San Carlos de Bariloche es quizás el destino más codiciado para quienes aman la vida al aire libre, los campamentos y los largos paseos a pie por sus bosques andino patagónicos. En nuestro caso, éramos cinco amigos fanáticos de la zona e ilusionados por conocer algún tramo de Huella Andina.

Luego de nuestro paso por el edificio del Parque Nacional Nahuel Huapi, contábamos con la amplia información que necesitábamos. Preparamos nuestras mochilas con lo imprescindible, con la ropa adecuada a la estación, y decidimos acercarnos hasta el lago Mascardi para encarar el tramo que nos dejaría en el lago Steffen.

Con la cartografía en mano, nos pusimos en marcha por la ruta que va al cerro Tronador, sin cruzar el arroyo Llodconto. Huella Andina utiliza un viejo camino vehicular en el cual, por tener una trepada bastante exigente, pusimos a prueba nuestras fuerzas. Lo seguimos hasta llegar al puesto de Boock. Realizamos entonces un breve descanso, volvimos a acomodar nuestro equipo y tomamos otra senda por un lugar con poca pendiente y más tranquilo.

Hicimos otra breve pausa para cambiar nuestro calzado y vadeamos un río para evitar los mallines que cruzan allí, ya que son algo peligrosos. Más adelante, cruzamos varios arroyos de poco caudal y nos volvimos a poner nuestros “borcegos” secos para comenzar el descenso por el costado de un curso de agua hasta llegar a una población conocida como Montes. Ya estábamos cerca de la cabecera del lago Steffen y nos sentíamos algo cansados, con necesidad de cambiar nuestra ropa y zapatillas.

Nos instalamos en un camping agreste para revivir cada instante de este recorrido de 19 kilómetros que nos llevó casi 7 horas. A lo largo de este tramo, la buena señalización fue fundamental para nuestra orientación y para permitir la continuidad con el siguiente.

Huella Andina nació como un proyecto para acentuar el turismo relacionado con la naturaleza y es pionero en el país de un desarrollo mayor conocido como Senderos Argentina. Ambos se apoyan en la idea de ofrecer a todo tipo de público nuevas salidas que unen puntos distantes mientras se conocen espacios agrestes. Es la suma de atajos ya existentes que se integran entre sí, a los que se les agregaron carteles indicativos y algunos servicios.

Cuando el sol desapareció, esperamos la noche junto a un fogón que entibió el aire frío imperante. Percibíamos el aroma de los árboles mientras la leña quemada al fuego se transformaba lentamente en ceniza y la bolsa de dormir nos llamaba desde adentro de la carpa.