Una Playa Bonita

A sólo ocho kilómetros del centro de la ciudad se encuentra un balneario que fue bautizado con el elocuente nombre de "Playa Bonita". Deportes acuáticos, descanso y la posibilidad de pasar un día al sol sin alejarse demasiado.

Después de mucho recorrer los alrededores de San Carlos de Bariloche, decidimos pasar nuestro día de verano sin viajar: visitaríamos la famosa Playa Bonita. El día amaneció despejado y nos subimos al auto para recorrer, una vez más, la avenida Ezequiel Bustillo. Supimos que diferentes líneas de buses urbanos pasan también por el lugar.

No son solo los locales los que aprovechan esta playa tan a mano de la ciudad, los turistas también se acercan a ella para pasar un día al sol sobre su playa de canto rodado. Para completar la oferta, se ofrecen servicios de restaurante, bar y casas de alquiler de equipos para diferentes deportes.

Cuando llegamos, el sol era muy agradable y quisimos echarnos en la playa. A nuestro alrededor había actividad: los chicos jugaban, más de uno se metía en el agua y pudimos ver cómo una pareja entraba al lago con un kayak, listos para la aventura con sus trajes de neoprene. Quienes elijen este deporte pueden realizar el trayecto hasta la isla Huemul, que se encuentra a 1.200 metros.

  • A sólo ocho kilómetros del centro

    A sólo ocho kilómetros del centro

  • Playa de canto rodado

    Playa de canto rodado

  • Una playa apacible

    Una playa apacible

  • Un día al sol sin alejarse demasiado

    Un día al sol sin alejarse demasiado

  • Listos para la aventura

    Listos para la aventura

  • Unas hora de relajación y placer

    Unas hora de relajación y placer

Un poco más tarde vimos que llegaba gente dispuesta a practicar windsurf. Con los equipos ya listos, vimos cómo comenzaban a deslizarse sobre el Nahuel Huapi. Gracias a los vientos que constantemente soplan sobre él, el lago es ideal para la práctica de este deporte.

Después de pasar unas hora de relajación y placer, estábamos a punto de regresar al hotel cuando vimos los carteles en los que se ofrecía la posibilidad del buceo y nos acercamos a averiguar. Los encargados de la escuela de buceo ofrecían consejos sobre dónde y cuándo conviene sumergirse y ofrecían también la posibilidad de bucear en la isla Gallina.

No sería ese el día en que nosotros bucearíamos en las aguas del Nahuel Huapi, pero guardamos la idea para otro momento. Siempre hay algo más para hacer en Bariloche.

Contentos con nuestro día de tranquilidad en medio de nuestras vacaciones de descubrimiento y aventura, retomamos la avenida para pasar una noche en la ciudad.

Autor Marcelo Sola Fotografo Jorge González

Tipo de tourTipo de tour: Kayak
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