Hay propuestas imperdibles en la ciudad de Buenos Aires. La gente de 054 ha elaborado un verdadero tesoro para disfrutar de la historia y la cultura de la ciudad de la mano de uno de sus artes más representativos: el fileteado.
La iconografía que se volvió sinónimo de Buenos Aires atrapa miradas tanto locales como extranjeras. Dentro de este juego de simetrías, flores y líneas coloridas hay una historia propia de la ciudad.
Si bien ya no está tan presente como en épocas pasadas, con un ojo atento y mirando más que viendo, en cada rincón se hace presente el fileteado porteño.
Por suerte para aquellos sin tanto poder de observación, hay alternativas. En el barrio de Balvanera, más conocido como Once, está 054, que ofrece una propuesta diferente y necesaria para quien quiera irse de la ciudad conociendo su espíritu.
Se trata de un tour guiado para los amantes del fileteado porteño, diseñado y guiado por fanáticos de este arte inigualable, que dejó huellas en calles, paredes y casas que escaparon al paso del tiempo.
Todo el barrio del Abasto, de Almagro y algunas manzanas de Balvanera se encuentran atrapadas por el fileteado porteño.
Pero, por decirlo de algún modo, la frutilla del postre es el museo Carlos Gardel, donde podemos apreciar la vida de este genio del tango, escuchar su música y ver video-biografías.
Puertas afuera, sobre la calle Jean Jaures, y dentro de la casa, el tango y el fileteado van de la mano, piezas únicas de una historia que desde su origen se hace cada día más grande.
A esta altura ya estábamos “hechos” de tanto fileteado, pero como sucede siempre que las cosas se proyectan con criterio y sabiduría, lo mejor del recorrido lo guardaron para el final.
Así fue que entramos a uno de los tantos bares de época que tiene Buenos Aires, donde pudimos aprender las técnicas del fileteado de la mano de uno de los maestros de esta disciplina, disfrutando de una merienda “bien argentina” entre mates y medialunas y amigos.
Todos los presentes seguimos las enseñanzas y consejos del artista, y entendimos sobre todo la pasión y el sentido estético propio de este lenguaje sin letras pero que dice tanto al que se adentra en él.
El final de la tarde nos encontró a todos con un cuadro pintado por nosotros mismos. Habíamos aprendido que el fileteado porteño es parte de una cultura que, con sus códigos propios, más que parte de una cultura es una filosofía de vida propia de una época que perdura en el tiempo.
Un lujo haber compartido esta propuesta con la gente de 054.
Más información en: www.054online.com