En los últimos cien años la ciudad ha desarrollado su economía y su sociedad en forma vertiginosa y propone visitar interesantes puntos de valor que abarcan su ayer y hoy petroleros.
Nada mejor que deambular por las calles de la ciudad de Comodoro Rivadavia para conocer sus rasgos distintivos y percibir como viven sus habitantes y cual es su historia reciente. En cada sector se descubre su desarrollo pujante gracias al descubrimiento del petróleo.Comenzamos realizando un recorrido por la zona sur, la más antigua y que congrega el centro comercial y el casco fundacional. Además, es la que más población detenta. Luego nos dirigimos hacia la zona norte, que se relaciona directamente con los inicios de las industrias petrolera y ferroviaria. Los primeros campamentos que se organizaron para esas dos actividades tuvieron allí su epicentro.
Nos resultó fácil ir encontrando los edificios más representativos de la vida de Comodoro. La catedral San Juan Bosco, con su estilizada torre y sus líneas de estilo gótico moderno, se ubica en un punto estratégico del centro. Muy cerca, la Escuela Provincial N° 83 y el colegio María Auxiliadora son dos centros de enseñanza que acompañaron el crecimiento de la ciudad.
Algunos edificios denotan la influencia de la gran cantidad de extranjeros que llegaron para quedarse, tentados por las ofertas de trabajo que había aquí. El Cine Teatro Español, la Asociación Portuguesa, el Centro Gallego y la Colectividad Chilena son solo algunos de ellos y marcan la presencia de grupos étnicos de distintas procedencias, que durante el desarrollo de la industria del petróleo colaboraron con su mano de obra. Sus fiestas tradicionales le han dado a Comodoro Rivadavia el título de Capital Nacional de las Colectividades Extranjeras.Otras instituciones públicas, antiguas y de profundo arraigo, mantienen sus fachadas como homenaje a su importancia. Son el Comando IX de Brigada Mecanizada, el Correo Argentino, la Municipalidad, la ex estación del ferrocarril y la ex usina del puerto (CEPTur).
Nos acercamos a la zona marítima para visitar los muelles y admirar la febril actividad que se desarrollaba en todos los sectores. A su lado, el hermoso parque Soberanía Nacional, también llamado Jardín del Puerto, nos mostró sus amplios jardines forestados y su sector recreativo. Lleva ese nombre en homenaje a la gesta de Malvinas.
El recorrido por la ciudad es infinito y hubiéramos necesitado más tiempo para conocerla completa. Rescatamos parte de su pasado petrolero y la conservación de su tradición y cultura, además de la interesante infraestructura de servicios hoteleros y gastronómicos. Por ello es reconocida como la puerta de ingreso al corredor turístico de la Patagonia central. Comodoro ofrece mil excusas para visitarla, investigar sus orígenes y, sobre todo, apreciarla.