Este recorrido ágil y emotivo da un claro indicio de los primeros lineamientos comerciales que desarrolló Comodoro Rivadavia para ser reconocida por el resto del país.
El Museo Ferroportuario de la ciudad de Comodoro Rivadavia se ubica en la misma estación ferroviaria que antaño fuera el escenario de un constante ir y venir de personas y mercadería. Decidimos recorrer sus salas para comprender cuál fue la transformación de la vida mercantil a partir de estos medios de transporte pioneros: el ferrocarril y los barcos. Ascendimos al primer piso del edificio por una vieja escalera de madera para visitar la exposición y pudimos apreciar colecciones de objetos y documentación de gran valor histórico y patrimonial.Nos detuvimos unos instantes en cada uno de los elementos que llamaron nuestra atención. Relojes antiguos, boletos y planillas del movimiento del tren, una escafandra de cobre de las que utilizaban los buzos de profundidad, planos y mapas. Gran cantidad de artículos impresos e imágenes digitales agregaron conocimientos a nuestra visita.
Supimos que el gran desarrollo económico y demográfico de la ciudad se produjo a comienzos del siglo XX. Fue el resultado de la concentración de recursos naturales y productos manufacturados que se producían en la Patagonia y debían comercializarse a distancia.
En los vagones del ferrocarril se transportaba la lana, la hacienda y la producción agrícola de la zona de Sarmiento; el ramal dejó de funcionar en 1978. En cuanto al puerto, fue construido en 1923 y las materias primas que se despachaban partían hacia Europa para luego ser utilizadas para la confección de productos de primera calidad.
A partir de la localización de petróleo bajo el suelo y su posterior explotación, las compañías Astra y Diadema ocuparon una parte importante de los muelles para despachar este producto en crudo.
Cada elemento es un testimonio de cómo creció Comodoro Rivadavia y no es casualidad que sea la vieja estación ferroviaria la que atesora este valioso material.