De moderna urbanización, versátil, y con espléndidas playas, Mar del Plata es el destino turístico por excelencia del corredor de la Costa Atlántica. Presentamos las distintas ofertas de sus balnearios para disfrutar.
Pocas metrópolis balnearias en el mundo gozan de la extensión de playas que posee Mar del Plata, concediéndole a cada visitante un perfil diferente, el que más le complazca a la hora de pasar sus días frente al mar.
Al entrar en Mar del Plata por el acceso norte, que desemboca en la avenida de la costanera, fuimos recibidos por el magnífico Océano Atlántico, que le otorga una imagen deslumbrante a la moderna ciudad.
Pocas metrópolis balnearias en el mundo gozan de la extensión de playas que posee Mar del Plata, concediéndole a cada visitante un perfil diferente, el que más le complazca a la hora de pasar sus días frente al mar.
Familias tradicionales, artistas, amantes de las 4 x 4, de la pesca, de deportes náuticos y hasta nudistas tienen su lugar en las cálidas arenas que conforman la costa marplatense.
La oferta es múltiple y variada: modernos balnearios ofrecen cómodos vestuarios, locales gastronómicos, playas limpias y seguras gracias al servicio de guardavidas. Para disfrutar de la playa, una opción cada vez más frecuente es alquilar carpas y sombrillas por día, mes o temporada completa.
Comenzando desde el norte, las playas de Camet, enmarcadas con espigones para moderar el oleaje, comienzan a cumplir con la promesa de la región.
Hacia el sur, desde la playa La Perla, se despliega la vista panorámica del centro de la ciudad. De costas con diseños clásicos, sus balnearios fueron diseñados por el arquitecto Clorindo Testa. Punta Iglesia, Popular, Rambla Bristol, la Playa de los Pescadores, Toscas y el legendario Torreón del Monje se suceden uno tras otro, con todas las variantes para disfrutar al máximo de la estadía.
En Playa Varese, donde se forma una tranquila bahía gracias a la implementación de dos largas escolleras de piedra, se logra desarrollar una interesante pesca deportiva y deportes náuticos.
A continuación se suceden Playa Chica y Playa Grande, con selectos restaurantes para paladares exigentes. Al fondo de este imponente paisaje se descubre el puerto de la ciudad.
Pasando el puerto, donde la oferta gastronómica de pescados y mariscos es la mejor del lugar, se encuentran las playas de Punta Mogotes, con una imagen renovada, sumándose a la oferta de playas y balnearios exclusivos y de moderna construcción, con más de 9.000 carpas con servicios variados.
Finalmente, bien al sur se encuentran playas con médanos, bosques con pinares y aromos. En esta zona los balnearios son de óptima categoría, ofreciendo servicios del más alto y distinguido nivel.
Muchas personas, como nosotros, se disponen a disfrutar de la costa marplatense, de acuerdo a la ubicación del alojamiento. Como fuimos invitados al Hotel de la Asociación Bancaria de la Provincia de Buenos Aires, nos dispusimos en la zona que comprende los balnearios Alfonsina y Saint Michel.
Un sol radiante, el agua del mar a temperatura templada y la comida rápida de los restaurantes de la zona, hicieron que compartiéramos gratos momentos frente a la costa.
Voley playero, natación, pelota-paleta y el popular tejo playero se apoderaron de nuestro tiempo al momento de disfrutar de las bondades que Mar del Plata posee.
A la noche, luego de cenar en Tío Cursio, también disfrutamos de la costanera. La luna reflejada sobre el interminable océano, y el firmamento estrellado nos auguraban que a la mañana siguiente íbamos a poder embarcarnos en el Anamora y realizar una excursión en el pequeño crucero, obteniendo una perspectiva distinta de “La Feliz”, como se la conoce popularmente a la ciudad de Mar del Plata.