Gracias al convenio realizado con quienes son lideres en la construcción de trampas para peces, los técnicos japoneses, se construyó una planta con las mejoras herramientas para el cuidado ambiental.
En uno de los extremos de la costanera sobre el lago Lácar, donde desagua el arroyo Pocahullo, está ubicada la Estación de Captura y Reproducción de Peces. Hoy no atiende al público porque está cerrada por refacciones pero era habitual que se realizaran visitas guiadas que permitían ver de cerca los ciclos de vida de los salmónidos y en especial las truchas arcoiris y marrones.
En el mes de mayo, en invierno, los salmónidos del lago navegan aguas arriba del arroyo a fin de reproducirse. Las especies fueron introducidas hace más de un siglo y se adaptaron sin inconvenientes pero se ha estudiado que sus niveles de reproducción son bajos ya que una hembra desova 5.000 huevos y solo dos nacen alevinos.
La práctica de la pesca furtiva empeoró en los últimos años los procesos reproductivos de los salmónidos, con el lógico inconveniente para la pesca deportiva misma como atracción turística en la zona. Por ello la municipalidad local junto con la Agencia Internacional de Cooperación del Japón (JICA), a través del Centro de Ecología Aplicada del Neuquén (CEAN), comenzó en el 2004 el proyecto para la construcción de la Estación de Captura y Reproducción de Peces.
Japón es líder en cuanto a trampas de peces, con tres de ellas funcionando; pero en el resto del mundo no hay mucha experiencia. En realidad, la base del trabajo se tomó de los indígenas norteamericanos que en el siglo XIX usaban este procedimiento para pescar.
En San Martín de los Andes la estación imita el hábitat de los peces (troncos y piedras), una manera efectiva de utilizar los recursos naturales.
Capturas = protección
En la localidad se la conoce como la trampa de peces y consta de un canal de 180 metros de largo que se alimenta por medio de un desvío del arroyo y que más adelante vuelve a unirse a su cauce. Eso ocurre en la desembocadura del arroyo y allí existe un tejido de red sumergido para que los peces estén obligados a pasar al canal.
Una gran rueda de hierro tipo molino con tres grandes canastos apresa los ejemplares sin que se lastimen y los pasa en forma automática a las piletas ubicadas al costado del canal.
Una vez capturados los peces, se clasifican por sexo, maduración y especie, y se los elige para realizar el desove. El personal especializado lleva adelante la tarea de reproducción artificial y con esta técnica se logra un aumento de la efectividad reproductiva que llega en algunos casos al 70 % y permite contar con peces de reproducción. Los demás se liberan para incrementar la población de salmónidos en los distintos lagos de la región.
No solo se realiza la reproducción artificial en la trampa de peces a cargo de un equipo especializado, también se realiza el saneamiento de los peces enfermos, el estudio de las escamas y un importante trabajo de difusión del cuidado de los recursos naturales con las visitas guiadas.