San Blas nació como un pueblo de pescadores. En sus inicios existían en este paraje unas pocas casas, un viejo hotel, un almacén de ramos generales y un camping. La pesca se realizaba de costa ya que no existía la necesidad de embarcarse. Y aunque los años y las décadas pasaron, la situación continúa, para bien de la pesca deportiva, siendo la misma.
Es posible afirmar que, gracias a los dioses del mar y a los habitantes del pueblo, el mítico lugar continúa siendo un pueblo de pescadores y para pescadores. Y las pescas continúan siendo tan milagrosas y abundantes como antaño.
La zona también se caracteriza por la gran cantidad de crustáceos y variedad de moluscos que constituyen la dieta básica de la variada gama de especies que habitan el pesquero. Las playas de arenas gruesas y canto rodado y las grandes profundidades que a pocos metros de la costa se logran lanzando, constituyen el escenario único para aquellos que tienen temor a embarcarse o para quienes están realizando sus primeras experiencias en la pesca deportiva. San Blas resulta así como un ideal para pescar de costa junto a la familia con la certera posibilidad de obtener grandes ejemplares de todas las especies marinas.
La isla Jabalí, nombre con el que se conoce el lugar en los mapas, es sin ninguna duda uno de los mejores pesqueros de mar que existen en la Argentina. Allí resulta natural obtener de costa excelentes ejemplares de pescadillas, peces elefante, corvinas rubias y negras, lenguados, cazones, gatuzos y grandes anchoas, además de pejerreyes y sardinas.
Entre las dos especies que más se destacan, las grandes corvinas rubias son la atracción principal para quienes pescan de costa, no sólo por el exquisito sabor de su carne, sino también por la lucha que presentan antes de rendirse a los pies del pescador. Se encuentran a tiro de caña y sobrepasan holgadamente los cuatro kilos. Y finalmente aparecen los grandes escualos, que en los meses de verano encarnan los sueños de cientos de aficionados que se embarcan en gomones, semirrígidos y lanchas para ir tras ellos. Ejemplares de las variedades bacota, escalandrún y gatopardo son los más buscados por los aficionados. En la mayoría de los casos superan los 100 kilogramos, pudiendo ser pescados tanto por quienes tienen experiencia en el tema como por aquellos que recién se están iniciando en esta modalidad de pesca.
Este hermoso pesquero es el último, transitando la provincia de Buenos Aires de Norte a Sur. Se encuentra enmarcado por rías, canales, islotes y bancos sometidos a la influencia constante de las mareas, que impiden el asentamiento de la pesca comercial y han posibilitado que el lugar sea bien bautizado con el mote de "el paraíso de los pescadores deportivos". No por nada, millares de pescadores se acercan a sus costas todos los veranos para satisfacer su deporte favorito y para participar de la famosa y tradicional fiesta "Las 24 horas de San Blas" en la que, durante veinticuatro horas seguidas, pescando de día y de noche, pescadores y familias de todo el país concursan para ver quién gana el premio a la pieza mayor.